domingo, 21 de agosto de 2011

Una noche más

Una noche más, me encuentro aquí recostada, estoy agotada de asesinar mis ilusiones noche tras noche, cada vez se resisten más las desgraciadas y ya no encuentro método posible, temo mucho que una de estas noches sean ellas las que me tomen por sorpresa y me desangren. A veces me cortan entre tanto forcejeo, muerden y me dejan huellas de la batalla, huellas que como siempre, sé esconder muy bien, aunque mis ojeras no cuentan la misma historia, es complicado, ya no se que hacer.

He pensado en salir corriendo y dejarlas aquí abandonadas, que por más que pregunten nunca lleguen a tener noticia de mi, pero no, soy una cobarde, masoquista, aferrada a cualquier cosa que diga llamarse "mía".

La otra noche las emborraché y pensé buscar quien las sedujera, pero no, no me dio tiempo, en tanto planear como siempre se me fue la noche, y cuando creí tener al fin el plan de acción estaba amaneciendo, -como si me fuera a atrever-dije- se bien que tomarían venganza de haberlo hecho-.

Ya no se, no puedo, no encuentro manera de volverlas mis aliadas, cada una de ella me hace sus reclamos al recostarme en la almohada, cada una de ellas viene y me entierra la aguja de la nostalgia, me inyecta la desdicha y me vuelve a escupir la curiosidad. Que estupidez la mía de querer seguir soñando, ¿no debería ya de vaciar el maldito cofre de la imaginación? Una vez más: ¡cobarde!, eso es todo lo que suena en mi cabeza, eso es todo lo que sé, eso es todo lo que temo ser, pero es lo único que soy. Quedan un par de cigarros en la mesa, pero es muy tarde, ya no quiero fumar, si tan solo tuviera espera, si hay alcohol, pero teniéndolo aquí ya no lo quiero, como hago con todo lo que poseo en esta vida. Quizá un helado, bobería de tele gringa, a enfrentarlo, viene la batalla una vez más, está noche las malditas caerán más rápido, les tengo una sorpresa, ahora si que se quedarán como estúpidas mirando; a ver que piensan después de esta noche, a ver si siguen mordiendo como malditos perros rabiosos, a ver si les quedan ganas de arañarme la cara como lo hicieron ayer. Hoy mis estimadas amigas, les tengo una noticia ¡las quiero! sí, así es, no me vean así, no se rían, es verdad. Siempre las he querido pero me gustaba negarlo, mi imagen de frívola criatura oscura me dijo que no les hablara, pero eso ya no me importa, las quiero y debo confesarles que ahora quiero ser su amiga, voy a seguirlas y reiremos juntas, bailaremos entre la euforia del optimismo y tendremos sueños infinitos, compraremos historias y venderemos palabras a cualquiera que se nos acerque, seremos la sociedad de lo mágico que nos da miedo a los humanos, prometo serles fiel, prometo no volver a buscar la manera de matarlas, a fin de cuentas me he percatado que ustedes son inmortales, pues las arropo entre mi seno a cada mañana, patético esperar así que desaparezcan.
He sido un engaño, una imagen, una asesina despreciable por la farsa que jugaba al acariciarlas de mañana y envenenarlas al llegar la madrugada. Por eso les pido perdón, y prometo nunca volver a hacerlo, por eso les pido que me acepten y que nos volvamos una, ya no las rechazaré, las quiero conmigo, mis ilusiones, todas, no importando que tan vanas o imposibles sean, las quiero aquí, tómenme de la mano.

¿Verdad que las he sorprendido? Les dije que no olvidarían ésta noche, este 08 de octubre les juro lealtad y amor eterno, les prometo defenderlas contra quien sea, les prometo protegerlas del frio y ya no buscar arrojarlas por la ventana, ¿verdad que me perdonan? Lo sé bien mis amadas, por que tienen mi esencia, por que solo ustedes entienden mi locura y entienden mi desequilibrio, por que sé bien que solo ustedes estarían dispuestas a protegerme a pesar de mis asesinatos nocturnos.

Ahora riamos y lloremos, por que lo que viene es difícil, por que las necesito a mi lado gritándome que son reales, susurrándome que todo es posible, diciéndome que no importa lo que pase no me dejarán sola y que si la realidad viene y nos agarra a puñaladas sabremos darle batalla. Ahora juntas durmamos, les comparto mi lecho, cobíjenme, acarícienme hermanas, ahora nada nos separará, me he rendido ante ustedes, ésta noche no será como las demás.

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